Y si bien la teoría habla de tres tipologías de revoluciones –política, social y económica- creo que todas pasan, simultáneamente, por el bolsillo, el vecino y el líder.
Más allá de la abolición del absolutismo, la revolución, o la instalación de una Asamblea Constituyente y luego Legislativa, el alcance histórico de Liberté, Égalité, Fraternité está en la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano.
Por cierto, la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano consistía en leyes exclusivamente para los hombres (es decir, excluía a las mujeres).
Artículo 1.- Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos. Las distinciones sociales sólo pueden fundarse en la utilidad común.
Artículo 2.- La finalidad de toda asociación política es la conservación de los derechos naturales e imprescriptibles del hombre. Tales derechos son la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión.
En ningún momento se cuestionó la propiedad privada, de hecho, el artículo 17 dice que “siendo la propiedad un derecho inviolable y sagrado, nadie puede ser privado de ella...” Se definió el bien común y el concepto de ley como una expresión de la voluntad general. Pero lo más importante, fue una revolución ciudadana que eliminaba los privilegios del primer Estado –el clero- y del segundo Estado –la monarquía-; para traspasarlos a la burguesía y al pueblo francés.
La Revolución de Octubre, Bolchevique o Soviética, transfirió el poder a los soviets de trabajadores, de soldados y de campesinos. Creó la URSS, instauró el comunismo como forma de gobierno y fracasó.
La Revolución Industrial quitó poder al trabajador manual para darlo al trabajador de manufactura e industrial. En realidad ha habido muchas revoluciones industriales. Que haya empezado con la creación de la máquina de vapor es tuna explicación simplista a la que debemos añadir la creación de la línea de montaje, el desarrollo de capital comercial, y la facilidad de un comercio internacional.
La Revolución Industrial creó el proletariado, desarrolló el capitalismo, generó el éxodo rural, e inició el deterioro del ambiente y la degradación del paisaje.
La Revolución industrial se especializó cuando nacieron las corporaciones y, luego, revolucionó los mercados con el mass marketing.
La Revolución Digital promovió la globalización. Y la Revolución Liberal, que empezó en Guayaquil (por cierto), tuvo un carácter reivindicativo y de resistencia popular frente a las violencias cometidas por hacendados o autoridades del nuevo poder republicano.
Eloy Alfaro promovió el laicismo, incorporó a la mujer en las decisiones públicas, propuso el mejoramiento y protección de la raza indígena, y desapareció privilegios militares y eclesiásticos.
Hagamos un punto de orden acá. Más allá de los afectos o desafectos que un modelo u otro podrían generar, todos los ejemplos implican dosis de involucramiento de la gente, sus bolsillos y una figura como líder. Sucede igual con la Revolución Ciudadana.
He dejado para el final la Revolución Ciudadana. No porque sea la más moderna, todas han sido, a su manera revoluciones del individuo miembro de una comunidad. He dejado para el final la Revolución Ciudadana porque es la que está de moda.
Busca implantar el socialismo –del siglo XXI- como la revolución bolchevique. Busca eliminar los privilegios de unos como la revolución francesa. Es reivindicativa como la revolución liberal. Y es un calembour.
Busca democratizar los medios de producción, como la Revolución de Octubre. Busca promover regionalización, como la Revolución Digital. Instauró una Asamblea Constituyente que, a la vez, Legislativa –para ir más rápido-, como las que se sucedieron en Francia. Y es mediática.
Kafka decía que “toda revolución deja tras si tan sólo el fango de una nueva burocracia.”
La pregunta es, ¿estamos en un proceso de “cambio o transformación radical y profundo respecto al pasado inmediato”?
Porque si no lo estamos, no es una revolución.
Los cambios “han de percibirse como súbitos y violentos, como una ruptura del orden establecido o una discontinuidad evidente con el estado anterior de las cosas. Si no es así, debería hablarse mejor de una evolución, de una transición o de una crisis”, dice Wikipedia.
* Tal y como fue publicado en publicado en la revista VENTAS # 05 - 2008