viernes, junio 30, 2006

LSK: Empecemos por lo que debiera ser el final del cuestionario, pero, igual, ¿como va el proyecto del nuevo libro?

AS: ya me senté sobre el sofá...

LSK: ¿Encendió la laptop, empezó a escribir, ya tiene el tema?

AS: sentado, sobre el sofá, empezaré a teclear...

LSK: ¿cómo van las ventas del primer libro? ¿cómo ha asido la acogida del público?

AS: Esto sebiéramos preguntarle a mi editor, Quimera.

LSK: ...hablemos de La Sociedad Karaoke. ¿Por qué tanto énfasis en la prensa de televisión?

AS: El 80% de las motivaciones humanas son visuales; los hombres y mujeres somos animales muy visuales; y el medio –por antonomasia- que brinda imágenes en movimiento, más audio, más distracción… es la televisión.

Además, la función principal del sistema visual es percibir objetos y eventos del mundo que nos rodea; ergo, la realidad que conocemos la construimos a partir de lo que vemos. Lo que vemos y más (pues el cerebro necesita más información que la vista para construir una interpretación del mundo visual). No tenemos, en el cerebro, un área visual… tenemos varias. De hecho, según V.S. Ramachandran son 30 ubicadas en la parte posterior del cerebro
. Anatómicamente, los estímulos oculares toman dos sendas, una al cortex –pensamiento- y otra evolutiva que ordena las cosas espacialmente. Entonces, la realidad que conocemos la construimos a partir de lo que vemos y sentimos.

LSK: Pero la prensa escrita, ¿no es también visual?

AS: La prensa es visual, si que lo es. Incluso visual y táctil. Pero el poder de influencia no es tan masivo. La tele manda.

Ni siquiera argumento la respuesta comparando la cantidad de personas que leen el diario (ene veces menor) a la cantidad de personas que ven la tele.

Por ejemplo, la imagen de Eduardo Maruri como presidente de la CCG es que está enfocado en su gremio y que no da declaraciones… esto es una verdad a medias. Si está enfocado en su gremio y si da declaraciones, sobretodo en prensa. No sale en TV. Por ello la percepción, equivocada, que no sale en medios. La tele manda.

LSK: El texto usa muchos anglicismos, extranjerismos, latinismos...¿Por qué el uso de tantas palabras en inglés?

AS: (riéndo) me previno el editor que debía explicarlo. Es simple, así como los abogados hablan en “abogadés”; los marketers y comunicadores tenemos nuestra propia jerga… y ésta usa muchos anglicismos.

Por otra parte, como decía una amiga, a veces debes usar el inglés porque la expresión tiene más fuerza así. Por ejemplo: no es lo mismo “apagado” que “off”; no es lo mismo “estás fuera de onda” que “estás out”.

LSK: Ha tenido poca prensa televisa cubirnedo el lanzamiento, ¿será porque la obra critica a la prensa?

AS: (riendo, casi a carcajas) No critico a la prensa. Critico a la sociedad. Si los periodistas se sienten criticados es que no han leído todo el libro, sino que se dejaron llevar por las argumentaciones comerciales que usamos para vender el libro (más risas)... o sólo leyeron el prólogo o la contratapa. La prensa no es más que el reflejo de la sociedad dónde ella reporta sus noticias.

LSK: …pero la prensa, ¿inventa?

AS: Las leyendas urbanas –resultado histórico de un rumor- no son mentiras, no son inventos. Son verdades supuestas.

Por otra parte, en el plano de la comunicación política –por ejemplo-, el periodismo por televisión no sólo reseña los acontecimientos sino que los crea.

LSK: Volvamos a la televisión, ¿cree que tiene tanto poder realmente?

AS: Estoy convencido que es así. Popper, un filósofo, decía que la TV se ha convertido en un poder colosal; “como si hubiese reemplazado a la voz de Dios (…)”, dijo.

LSK: Entonces los medios, ¿son el cuarto poder de un Estado?

AS: No, los medios son el primero.

LSK: ¿Si la prensa de televisión tiene tanto poder e influencia, por qué los periodistas candidatos en las últimas elecciones seccionales del Ecuador no obtuvieron tan buenos resultados?

AS: Porque una cosa es ser presentador de televisión, creíble, líder de opinión; y otra –muy distinta- es ser candidato a funcionario político, increíble, seguidor de caudillos. Una cosa es ser periodista y otra ser parodista.

LSK: Esta influencia de los medios en la vida política, y particularmente de la televisión, ¿desde cuándo se da?

AS: Creo que pasamos de los mítines y balcones y dedos a la vídeopolítica en 1984 con la campaña de León Febres Cordero a la presidencia.

Rescato tres momentos claves en esa campaña: primero la imagen de Oswalo Hutado –presidente- con un anzuelo en la boca y la frase “por la boca muere el pez”; segundo el “pan, techo y empleo” y el jingle que llamaba a tomar la decisión para poder rescatar al Ecuador; y tercero el “míreme a los ojos, señor Borja” del debate que le daría a León la imagen de Presidente.

De allí, en más, la campaña de “El Presidente” de Rodrigo Borja; o “El Loco” de Abdalá Bucaram son íconos vídeopolíticos… que no existirían sin la TV (que oxymorón).

LSK: Pero la televisión no le sirvió al Presidente Gutiérrez. Esos días finales invirtió en publicidad cerca del millón de dólares… ¿qué pasó?

AS: La gente absorbe más fácilmente la información negativa que la positiva. La clave está en la pre-existencia de una imagen ya conformada en el receptor que hace, o no, creíble el mensaje televisivo.

Además, ni la mejor publicidad salva a un mal producto.

Así, cambiamos de presidente como cambiamos de detergente. Porque en el fondo, ambos –presidente y detergente- ofrecen beneficios estrictamente emocionales (y como tales, subjetivos). Limpiar más blanco o refundar la república son propuestas subjetivas.

Amén la República.

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