viernes, noviembre 27, 2009

Foto tomada de El Comercio


Foto tomada de El Universo

Todos somos científicos amateurs.

Para comprar un auto pateamos las llantas, cerramos con fuerza la puerta y medimos la intesidad del apretón de manos del vendedor. ¿Muy fuerte? deseperado por la venta, vale la pena negociar. ¿Muy suave? hummm, perdemos interés.

Para escoger un político analizamos su corte de pelo, el look, o la calidad del discurso. ¿Muy feo? Mal candidato...

Nada de ciencia. "...son rumores, son rumores", dice la canción.

Nada de ciencia, ni estadísiticas. Rumores, suposiciones, intuición, instintos, hígado, testículos, corazón...

Ser seudocientíficos nos hace suceptibles de influencias externas.

Asi, en la Sociedad Karaoke, es fácil para un presentador de tv puede empujar la votación de un candidato -desmitificando su tendencia socialista-. Pero es difícil para el presentador de tv desmentirse respecto al candidato.

Al final del día, no ver el problema hace que los seudocientíficos ignoremos...

si no sale en tv, no existe...

Te ví, o no te vi... esa es la cuestión.

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