jueves, septiembre 09, 2010

...bien público, ¿mal privado?

Según el Presidente hay una contradicción entre los intereses privados de los diarios y los intereses públicos de los lectores de diarios. Entre los intereses de los canales de tele o estaciones de radio y los intereses de sus audiencias.

Y que esa contradicción se complica cuando los medios publican información, que la define como un bien público.

Correa aseguró que hay una contradicción en los medios al ser empresas privadas que generan un bien público, en alusión a la información. “Una posible solución sería que los medios tengan que ser sin fines de lucro para, al menos, eliminar la contradicción entre los intereses privados y el interés público de estar bien informados


La información es un conjunto de datos. Es una entelequia. Y es de todos.

¿Es pública? Si que lo es, pero también es neutra.

Me voy a explicar con un ejemplo pedestre:

"Carro choca. Conductor ebrio. Mueren 16." es información.

Ahora, si le añadimos un modificador entonces adquiere cualidad de contenido. Y el contenido puede ser oficial o no-oficial. Con el mismo ejemplo:

"Carro choca. Conductor ebrio. Mueren 16. Se deben reforzar los controles." ya no es información, es contenido. Y es contenido oficial porque implica la acción de una autoridad hacia los ciudadanos.

Pero dije que también podría ser, la misma información un contenido no-oficial:

"Carro choca. Conductor ebrio. Mueren 16. ¿Dónde están los controles de la autoridad?" es contenido no-oficial porque cuestiona al oficialismo.

Vuelvo a la preocupación presidencial. El tema no es el fin de lucro, el nivel de rentabilidad o la calidad de gestión administrativa de los medios. El quid es el contenido.

¿Por qué?

Releí La Sociedad Karaoke...

En 1838 un escritor estadounidense, James Fenimore Cooper, publicó The American Democrat. En ese texto sostuvo que “es un defecto común de las democracias el que la opinión pública sustituya a la ley. Esta es la forma usual en la que las masas de gente exhiben su tiranía.”

Tiranía o democracia, yo prefiero imaginar una epidemia.

Una epidemia como la del bostezo... o la de los desconocidos que te acompañan en el bar karaoke. Nada es tan contagioso. Un bostezo, una risa, una canción en un bar karaoke... una emoción.
Tomado de http://lasociedadkaraoke.blogspot.com/2006_06_01_archive.html

Controlar el contenido, ese es el quid del asunto.



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