lunes, octubre 25, 2010

REVISTA VANGUARDIA.  18.OCT.2010

30-S. La operación propagandística ratificó el posicionamiento de las marcas Rafael Correa y Revolución Ciudadana dentro del libreto de un nuevo poder.


De entrada vimos un Presidente que se abrió la camisa en el Regimiento Quito y que pidió a la tropa que lo maten, en una actitud muy propia de la videopolítica ecuatoriana. Inaugurada en 1984 en Ecuador, la videopolítica exige del ejercicio del gobierno una gran capacidad histriónica.


Imagine un subibaja. La marca Correa sube si tiene un opositor que baja. Y si no lo tiene, lo fabrica. Primero fue la partidocracia. Cuando esa confrontación sufrió desgaste, la mira fue puesta en los medios. Y cuando ese contrapunto también entró en crisis, ¿cuál era el siguiente actor social con descrédito ante la sociedad? La Policía. En la lógica del triángulo dramático -según la cual toda sociedad determina victimarios, víctimas y un salvador- al final del jueves 30, el guión dejó claramente definido los roles de ese triángulo entre la Policía, la sociedad y el Presidente… quien, incluso, ofreció dar su vida en el rol de salvador.


Si alguien no está consciente de su rol, otro lo evidencia. Luego entra en juego el framing, un recurso que este gobierno maneja muy bien. Para que funcione el framing del 30-S, todos los elementos debían ser potentes, congruentes y oportunos. Así, hasta el mediodía, teníamos a un presidente asilado en un hospital por la agresión injustificada de los sublevados. Mantener esa imagen hubiese supuesto un reflejo de debilidad; había que cambiar la figura. Allí es cuando una hospitalización por cuidados de emergencia se transforma en secuestro; y una marcha de apoyo al gobierno se convierte en una cruzada de rescate del Primer Mandatario. En ese contexto, la Cancillería anuncia al mundo la versión del golpe de Estado, versión que se refuerza casa adentro con el encadenamiento de los medios privados a la señal única de los medios oficiales. La jugada adquiere contundencia con la convocatoria magistral a los presidentes de Unasur, quienes se movilizan rápidamente hasta Argentina para decir lo mínimo que podían: que apoyaban la defensa de la institucionalidad. Paradojas del libreto, el encadenamiento a los medios gubernamentales se acaba a la hora del crudo rescate, momento en que el personaje trasciende del rol de rehén al del guerrero e incluso al de mártir.

Finalmente, cuando el personaje vuelve al Palacio de Gobierno, pasadas las 22:00, ofrece “ni perdón ni olvido”, pues , en la lógica de la estrategia, no cabía apaciguar los ánimos. Para la marca Revolución Ciudadana, el 30-S se eleva al hito y al rito que relanzan el imaginario de un nuevo poder para el país.

Además, la sociedad – ecuatoriana o cualquiera-, al final del día, siempre necesita de un gran conductor; y Rafael Correa cumple con ese papel del gurú del deber ser.

A partir de aquel jueves, la marca Rafael Correa es a la política ecuatoriana lo que la marca David Beckham es para el fútbol inglés: no importa si no hace goles, lo fundamental es que haga ruido mediático para mantener vigencia. Y la marca Correa lo logra, pues mantiene a todo un país discutiendo en torno a la versión oficial de un golpe.

El libreto del nuevo posicionamiento de la marca Revolución Ciudadana no ha pasado, aún, del ámbito de lo ideológico al de lo religioso. Hay sin duda una serie de rituales que apuntalan el valor emocional de la revolución tras el 30-S. Entre esos rituales está la fijación que poder y oposición tienen por el subibaja. Estar en el subibaja es divertido y por eso no se ve a nadie consciente que bajarse del juego es el primer paso –decisivo- para que baje finalmente quien ha estado al frente y arriba.

El problema es que todos hacen el juego a la estrategia de la marca Correa. Por cierto, no hacerle el juego sería una de las formas para derrotar al Primer Mandatario en las urnas, democráticamente
PUBLICADO EN REVISTA VANGUARDIA DEL 18.OCT.

30-S. La operación propagandística ratificó el posicionamiento de las marcas Rafael Correa y Revolución Ciudadana dentro del libreto de un nuevo poder.


De entrada vimos un Presidente que se abrió la camisa en el Regimiento Quito y que pidió a la tropa que lo maten, en una actitud muy propia de la videopolítica ecuatoriana. Inaugurada en 1984 en Ecuador, la videopolítica exige del ejercicio del gobierno una gran capacidad histriónica.


Imagine un subibaja. La marca Correa sube si tiene un opositor que baja. Y si no lo tiene, lo fabrica. Primero fue la partidocracia. Cuando esa confrontación sufrió desgaste, la mira fue puesta en los medios. Y cuando ese contrapunto también entró en crisis, ¿cuál era el siguiente actor social con descrédito ante la sociedad? La Policía. En la lógica del triángulo dramático -según la cual toda sociedad determina victimarios, víctimas y un salvador- al final del jueves 30, el guión dejó claramente definido los roles de ese triángulo entre la Policía, la sociedad y el Presidente… quien, incluso, ofreció dar su vida en el rol de salvador.


Si alguien no está consciente de su rol, otro lo evidencia. Luego entra en juego el framing, un recurso que este gobierno maneja muy bien. Para que funcione el framing del 30-S, todos los elementos debían ser potentes, congruentes y oportunos. Así, hasta el mediodía, teníamos a un presidente asilado en un hospital por la agresión injustificada de los sublevados. Mantener esa imagen hubiese supuesto un reflejo de debilidad; había que cambiar la figura. Allí es cuando una hospitalización por cuidados de emergencia se transforma en secuestro; y una marcha de apoyo al gobierno se convierte en una cruzada de rescate del Primer Mandatario. En ese contexto, la Cancillería anuncia al mundo la versión del golpe de Estado, versión que se refuerza casa adentro con el encadenamiento de los medios privados a la señal única de los medios oficiales. La jugada adquiere contundencia con la convocatoria magistral a los presidentes de Unasur, quienes se movilizan rápidamente hasta Argentina para decir lo mínimo que podían: que apoyaban la defensa de la institucionalidad. Paradojas del libreto, el encadenamiento a los medios gubernamentales se acaba a la hora del crudo rescate, momento en que el personaje trasciende del rol de rehén al del guerrero e incluso al de mártir.

Finalmente, cuando el personaje vuelve al Palacio de Gobierno, pasadas las 22:00, ofrece “ni perdón ni olvido”, pues , en la lógica de la estrategia, no cabía apaciguar los ánimos. Para la marca Revolución Ciudadana, el 30-S se eleva al hito y al rito que relanzan el imaginario de un nuevo poder para el país.

Además, la sociedad – ecuatoriana o cualquiera-, al final del día, siempre necesita de un gran conductor; y Rafael Correa cumple con ese papel del gurú del deber ser.

A partir de aquel jueves, la marca Rafael Correa es a la política ecuatoriana lo que la marca David Beckham es para el fútbol inglés: no importa si no hace goles, lo fundamental es que haga ruido mediático para mantener vigencia. Y la marca Correa lo logra, pues mantiene a todo un país discutiendo en torno a la versión oficial de un golpe.

El libreto del nuevo posicionamiento de la marca Revolución Ciudadana no ha pasado, aún, del ámbito de lo ideológico al de lo religioso. Hay sin duda una serie de rituales que apuntalan el valor emocional de la revolución tras el 30-S. Entre esos rituales está la fijación que poder y oposición tienen por el subibaja. Estar en el subibaja es divertido y por eso no se ve a nadie consciente que bajarse del juego es el primer paso –decisivo- para que baje finalmente quien ha estado al frente y arriba.

El problema es que todos hacen el juego a la estrategia de la marca Correa. Por cierto, no hacerle el juego sería una de las formas para derrotar al Primer Mandatario en las urnas, democráticamente.

lunes, octubre 18, 2010

"La imagen de Espa�a paga el crimen de su bienestar": "Periodistas y empresarios comprobaron día tras día que el miedo daba audiencia y el terror la disparaba, y los políticos también descubrieron que atemorizar al público mejoraba sus encuestas y luego sus votos. Así que pasaron de exagerar el miedo a crearlo."

Entrevista a David Altheide, analista mediático, en La Vanguardia de España.


http://www.lavanguardia.es/lacontra/lacontra.html

viernes, octubre 15, 2010

Amazon.com: El Marketing ya es de todos (Spanish Edition) eBook: Andr�s Seminario Valenzuela: Books

Nuevo Ensayo. Ahora en Amazon Books.

El Marketing Ya Es De Todos descubre las teorías detrás del éxito comunicacional de las campañas electorales y de las gestiones presidenciales de Rafael Correa.
En El Marketing Ya Es De Todos, Seminario vuelve a romper el marco de análisis para hablar de sociología, mediología y política desde una perspectiva distinta, una en la que todos podemos ser parte, como audiencia.

lunes, octubre 11, 2010

Oooommmm

Leí Buy.ology de Martin Lindstrom.

Sostiene que, como en las religiones, las marcas y las instituciones exitosas deben tener una misión clara, saber crear un sentido de pertenencia, ejercer poder sobre sus enemigos, contar historias, connotar secretismo, tener rituales y denotar una simbología concreta.

¿Funciona esa teoría con la marca RC?

Vaya que funciona.  El 30-S fue la oportunidad para reforzar el posicionamiento de las marcas Rafael Correa y Revolución Ciudadana.  Por cierto, al respecto pueden leer mis apuntes en http://efectocorrea.blogspot.com/

Empecemos por la misión.  

Palabras más o menos, la misión de la marca es implantar el socialismo del siglo xxi como modelo.  No importa si está bien o mal.  Tampoco importa si funciona.  Ni siquiera importa entenderlo.  Conceptualmente es una buena misión porque transciende a cada uno de nosotros.

Y todos queremos ser parte de algo más grande que nosotros mismos.

Luego, esa misión apoya el sentido de pertenencia.  

El sentido de pertenencia es un importante motivador de la conducta humana; que se construye sobre compartir una misma misión-visión.  Y que permite ejercer una suerte de poder sobre los demás.

Las religiones, todas, a través de sus seguidores, pretenden ejercer poder sobre las demás religiones. 

Por ello los conflictos. Pepsi vs Coca Cola, IBM vs Apple, Visa vs Mastercard.   Esgrimir el argumentos de “nosotros” contra “los otros” tiene –además- un poderoso efecto unificador. 

Estás con la Revolución Ciudadana o estás contra ella.  Simple.

Ambas marcas, Rafael Correa y Revolución Ciudadana,  refuerzan el argumento “nosotros” contra “los otros”; siendo “los otros” quienes no forman parte del mundo de esas marcas.

Antípodas, out.

Pero antípodas in, para crear las historias.  

La Biblia, el Corán, la vida de Budha, el Torá, Mahoma, cada religión es construida sobre una serie de mitos, cuentos e historias.  La Revolución Ciudadana es construida sobre la partidocracia, por ejemplo.

Toda marca de éxito tiene una historia alrededor; por ejemplo, Steve Jobs siendo despedido y regresando a Apple.  O Rafael Correa en el presunto coup.

Por cierto, ¿fue o no fue golpe? ¿Quién estuvo detrás? ¿La oposición? ¿Un país extranjero? ¿Fueron balas de verdad o de goma? ¿Cuàntos realmente murieron? ¿Qué pasó cuando la tele sólo pasó las imagenes de Ecuador TV?

En la religión, como en el mundo comercial, lo desconocido es tan importante como lo conocido. 

¿Han escuchado las historias de la fórmula secreta de Coca Cola? 

¿Saben lo que significa Trinitron en el Sony Trinitron?

Igual en la política.

¿Fue o no fue golpe? 

No importa...  pero los rituales que posicionan el acontecimiento como un coup dicen que si fue.

Los rituales son tan cotidianos como cada día. Pero ayudan a darles a los seres humanos una sensación de control.   Control, palabra clave.

En la religión, la superstición, o el mundo comercial, los rituales generan pertenencia, unicidad, diferenciación. Por ejemplo, poner un limón en el cuello de una Corona.  Otro ejemplo, la liberación armada del presidente secuestrado.

Por cierto, la crítica es que el Presidente no debió salir al balcon en el regimiento Quito.  Bueno, nada más ubicuo que un símbolo.

Y el símbolo de las marcas RC es Rafael Correa.  

Amén.

Ps.:  30-S es otra marca, creada ahora por los medios


viernes, octubre 01, 2010

Amaneció como un día cualquiera.  O eso parecía.

Encendí la tele.  Y vi al presidente entrar al cuartel de los Policías a hablarles por una rebelión policial que reclamaba el mantenimiento de privilegios.

Una policía que exigía sus derechos destrozando los nuestros... el cuerpo uniformado exigía canonjías dejando a la ciudadanía -usted, su familia, sus vecinos, mi familia, yo- desprotejidos.

Hasta ese entonces, una rebelión policial.  

Una rebelión policial cubierta por los medios independientes del país que no debía pasar a mayores.  

Desde la óptica mediática, era una simple sublevación policial.  Algo de ausencia de patrullajes callejeros y un presidente tomando el toro por los cuernos.

¿Por qué hicieron evidente, los medios, la ausencia de la policia en las calles?

Pero el presidente, en alarde de valentía o exceso de confianza -o ambos-, los increpa.  Los desafía. Los conmina, critica, emplaza, cuestiona, azuza, incita, excita, provoca.

Nada en la vida es casual, sino causal.

¿Por qué el presidente fue al cuartel policial a enfrentarlos? ¿Por qué usó ese discurso? 

Las agresiones físicas fueron la consecuencia de las palabras.  Injustificadas ambas.

¿Por qué fue -no lo obligaron- al Hospital de la Policía? ¿Por qué no fue a otro lugar?

Luego empezó el evidente ejercicio de framing.  Encuadre.

Y en el encuadre, era necesario darle legitimidad a las palabras.  

Y para el encuadre, era vital controlar todo el contenido.

Y en La Sociedad Karaoke, el control de los contenidos le daría la victoria o la derrota a cada una de las partes en conflicto.

Entonces la atención hospitalaria se conviritió en "secuestro".  La rebelión policial se conviritió en "golpe de estado".  Un "grupúsculo de policias" se convirtió en "la derecha" y en "la oposición".  El apoyo público en las calles se convirtió en el "rescate del Presidente".  Y el control del contenido se convirtió en "estado de excepción".

En un estado de excepción es legal controlar el contenido.

Mientras desde EcuadorTV, GamaTV y TC Televisión se proporcionaba información exhaustiva, exclusivamente desde el punto de vista oficial, los canales privados dieron atención fragmentada y esporádica al tema.
Para Andrés Seminario, consultor en comunicaciones, esto tuvo una razón: “Los medios privados estaban cubriendo solo la sublevación de un grupo de policías, y dimensionado de esta manera, el hecho no ameritaba más cobertura que la que dieron”, asegura. 
También cree que la brillantez del Gobierno estuvo en lograr que después de los noticieros del mediodía todo haya tomado un cariz distinto, al instaurarse la cadena indefinida e ininterrumpida del Gobierno (bajo la figura de ‘censura previa’ que está permitida en el estado de excepción). “Es ahí cuando también cuajó la idea de que el país había vivido un intento de golpe de Estado”.
http://www.elcomercio.com/web/noticias/011010jculturamedios.html 

El legal control del contenido de los medios libres dejó fuera del evento a la oposición.  

¿Dejó fuera a la oposición o hizo evidente que no hay oposición en Ecuador?

Dejó fuera a los ciudadanos en las calles.  Dejó fuera a los opinadores, analistas políticos, estrellas de la tele, abogados constitucionalistas, policías revoltosos y comentaristas de coups.

Y sólo se escuchó la versión oficial... hasta antes del desenlace.

El presidente permanecía en el hospital.

¿Se coartó la libertad de expresión? 

Los medios locales dieron cuenta de la confusa información que recibieron los ecuatorianos a través del obligado enlace de los canales públicos con la señal del Estado que se convirtió en la tribuna de la versión y las voces oficialistas.
"Los únicos secuestrados fueron los medios de comunicación" dijo el asambleísta de oposición Leonardo Viteri al cuestionar la prohibición a los medios públicos de emitir su propia información e imponer “una sola voz”.
Los medios locales dieron cuenta de la confusa información que recibieron los ecuatorianos. El importante rotativo quiteño, El Comercio destacó que el manejo que el Gobierno dio ayer a la comunicación sobre la convulsionada jornada que vivió el país es calificada como brillante por unos y perversa por otros.
Para Andrés Seminario, consultor en comunicaciones, “la brillantez del Gobierno estuvo en lograr que después de los noticieros del mediodía todo haya tomado un cariz distinto, al instaurarse la cadena indefinida e ininterrumpida del Gobierno (bajo la figura de ‘censura previa’ que está permitida en el estado de excepción). “Es ahí cuando también cuajó la idea de que el país había vivido un intento de golpe de Estado”.
http://www.elmundo.es/america/2010/10/01/noticias/1285945652.html 

El presidente permanecía en el hospital.  

¿Por qué la Policía se demoró en decir que no estaba secuestrado?

Según el encuadre, estaba secuestrado.  Y según los hechos vistos por la tele, también.

¿Un personaje secuestrado -cualquier personaje-  puede hablar desde su móvil? ¿Puede dar órdenes? ¿Puede recibir llamadas -hasta de presidentes de países amigos-?

La tele y la radio, en cadena indefinida e ininterrumpida, transmitiendo su señal desde un canal oficial, presentaba sólo entrevistados favorables al régimen. Controló el contenido.  Presentó un lado de la medalla. Y se olvidó de lo que sucedía en la calle o el hospital o en los saqueos de Quito y Guayaquil.

¿Olvido? ¿Intencionado?

Las únicas versiones diferentes a las oficiales estaban en la web.

Pero en la calle, alrededor del hospital y dentro de él, los periodistas de medios independientes seguían las incidencias.  Se anunció un operativo de rescate.  La Policía decía que no habia secuestro.  La gente llegaba a la Plaza de la Independencia.  Más gente se agrupaba para demostrar su descontento al régimen.

Y vino el desenlace fatal.    

Y se abrió la señal de Ecuavisa.  Y se abrió la señal de Teleamazonas.

Y se vió y oyó un rescate a lo hollywood.

Que irónico.  Los canales del Estado empezaron a transmitir, en cadena, lo que Ecuavisa y Teleamazonas ponían en sus pantallas.

¿Irónico?

Nada es casual.

Los medios volvieron al medio, por un momento.

Las redes sociales se fortalecieron.

Los policias son la nueva oposición.

La revocatoria no tuvo protagonismo.

Jaime Nebot se pronunció, editado, a favor del Gobierno.  Y completo en CNN... a favor de la democracia, del país y del orden establecido.

Se fortaleció el Gobierno, el presidente y su equipo de comunicación.

Y de paso, Lucio Gutiérrez perdió más popularidad.