viernes, octubre 01, 2010

Amaneció como un día cualquiera.  O eso parecía.

Encendí la tele.  Y vi al presidente entrar al cuartel de los Policías a hablarles por una rebelión policial que reclamaba el mantenimiento de privilegios.

Una policía que exigía sus derechos destrozando los nuestros... el cuerpo uniformado exigía canonjías dejando a la ciudadanía -usted, su familia, sus vecinos, mi familia, yo- desprotejidos.

Hasta ese entonces, una rebelión policial.  

Una rebelión policial cubierta por los medios independientes del país que no debía pasar a mayores.  

Desde la óptica mediática, era una simple sublevación policial.  Algo de ausencia de patrullajes callejeros y un presidente tomando el toro por los cuernos.

¿Por qué hicieron evidente, los medios, la ausencia de la policia en las calles?

Pero el presidente, en alarde de valentía o exceso de confianza -o ambos-, los increpa.  Los desafía. Los conmina, critica, emplaza, cuestiona, azuza, incita, excita, provoca.

Nada en la vida es casual, sino causal.

¿Por qué el presidente fue al cuartel policial a enfrentarlos? ¿Por qué usó ese discurso? 

Las agresiones físicas fueron la consecuencia de las palabras.  Injustificadas ambas.

¿Por qué fue -no lo obligaron- al Hospital de la Policía? ¿Por qué no fue a otro lugar?

Luego empezó el evidente ejercicio de framing.  Encuadre.

Y en el encuadre, era necesario darle legitimidad a las palabras.  

Y para el encuadre, era vital controlar todo el contenido.

Y en La Sociedad Karaoke, el control de los contenidos le daría la victoria o la derrota a cada una de las partes en conflicto.

Entonces la atención hospitalaria se conviritió en "secuestro".  La rebelión policial se conviritió en "golpe de estado".  Un "grupúsculo de policias" se convirtió en "la derecha" y en "la oposición".  El apoyo público en las calles se convirtió en el "rescate del Presidente".  Y el control del contenido se convirtió en "estado de excepción".

En un estado de excepción es legal controlar el contenido.

Mientras desde EcuadorTV, GamaTV y TC Televisión se proporcionaba información exhaustiva, exclusivamente desde el punto de vista oficial, los canales privados dieron atención fragmentada y esporádica al tema.
Para Andrés Seminario, consultor en comunicaciones, esto tuvo una razón: “Los medios privados estaban cubriendo solo la sublevación de un grupo de policías, y dimensionado de esta manera, el hecho no ameritaba más cobertura que la que dieron”, asegura. 
También cree que la brillantez del Gobierno estuvo en lograr que después de los noticieros del mediodía todo haya tomado un cariz distinto, al instaurarse la cadena indefinida e ininterrumpida del Gobierno (bajo la figura de ‘censura previa’ que está permitida en el estado de excepción). “Es ahí cuando también cuajó la idea de que el país había vivido un intento de golpe de Estado”.
http://www.elcomercio.com/web/noticias/011010jculturamedios.html 

El legal control del contenido de los medios libres dejó fuera del evento a la oposición.  

¿Dejó fuera a la oposición o hizo evidente que no hay oposición en Ecuador?

Dejó fuera a los ciudadanos en las calles.  Dejó fuera a los opinadores, analistas políticos, estrellas de la tele, abogados constitucionalistas, policías revoltosos y comentaristas de coups.

Y sólo se escuchó la versión oficial... hasta antes del desenlace.

El presidente permanecía en el hospital.

¿Se coartó la libertad de expresión? 

Los medios locales dieron cuenta de la confusa información que recibieron los ecuatorianos a través del obligado enlace de los canales públicos con la señal del Estado que se convirtió en la tribuna de la versión y las voces oficialistas.
"Los únicos secuestrados fueron los medios de comunicación" dijo el asambleísta de oposición Leonardo Viteri al cuestionar la prohibición a los medios públicos de emitir su propia información e imponer “una sola voz”.
Los medios locales dieron cuenta de la confusa información que recibieron los ecuatorianos. El importante rotativo quiteño, El Comercio destacó que el manejo que el Gobierno dio ayer a la comunicación sobre la convulsionada jornada que vivió el país es calificada como brillante por unos y perversa por otros.
Para Andrés Seminario, consultor en comunicaciones, “la brillantez del Gobierno estuvo en lograr que después de los noticieros del mediodía todo haya tomado un cariz distinto, al instaurarse la cadena indefinida e ininterrumpida del Gobierno (bajo la figura de ‘censura previa’ que está permitida en el estado de excepción). “Es ahí cuando también cuajó la idea de que el país había vivido un intento de golpe de Estado”.
http://www.elmundo.es/america/2010/10/01/noticias/1285945652.html 

El presidente permanecía en el hospital.  

¿Por qué la Policía se demoró en decir que no estaba secuestrado?

Según el encuadre, estaba secuestrado.  Y según los hechos vistos por la tele, también.

¿Un personaje secuestrado -cualquier personaje-  puede hablar desde su móvil? ¿Puede dar órdenes? ¿Puede recibir llamadas -hasta de presidentes de países amigos-?

La tele y la radio, en cadena indefinida e ininterrumpida, transmitiendo su señal desde un canal oficial, presentaba sólo entrevistados favorables al régimen. Controló el contenido.  Presentó un lado de la medalla. Y se olvidó de lo que sucedía en la calle o el hospital o en los saqueos de Quito y Guayaquil.

¿Olvido? ¿Intencionado?

Las únicas versiones diferentes a las oficiales estaban en la web.

Pero en la calle, alrededor del hospital y dentro de él, los periodistas de medios independientes seguían las incidencias.  Se anunció un operativo de rescate.  La Policía decía que no habia secuestro.  La gente llegaba a la Plaza de la Independencia.  Más gente se agrupaba para demostrar su descontento al régimen.

Y vino el desenlace fatal.    

Y se abrió la señal de Ecuavisa.  Y se abrió la señal de Teleamazonas.

Y se vió y oyó un rescate a lo hollywood.

Que irónico.  Los canales del Estado empezaron a transmitir, en cadena, lo que Ecuavisa y Teleamazonas ponían en sus pantallas.

¿Irónico?

Nada es casual.

Los medios volvieron al medio, por un momento.

Las redes sociales se fortalecieron.

Los policias son la nueva oposición.

La revocatoria no tuvo protagonismo.

Jaime Nebot se pronunció, editado, a favor del Gobierno.  Y completo en CNN... a favor de la democracia, del país y del orden establecido.

Se fortaleció el Gobierno, el presidente y su equipo de comunicación.

Y de paso, Lucio Gutiérrez perdió más popularidad.






1 comentario:

Anónimo dijo...

Excelente analisis mediatico de la situacion que lamentablemente tuvo como gran perdedor a todo el pueblo Ecuatoriano.
NOS SAQUEARON
NOS SECUESTRARON LOS CANALES DE TV
NOS CAOTIZARON
NOS DEPRIMIERON
NOS SACARON DE NUESTROS TRABAJOS
NOS INTRANQUILIZARON
NOS DESBARATARON
NOS HUMILLARON
NOS COMIERON AL CUENTO...

SALUDOS,
KAT